Haciendo filamentos de seda artificial
La seda artificial o rayón
se obtiene a partir de la celulosa, por cuatro procedimientos diferentes, que son:
el que emplea la nitrocelulosa, ideado por Chardonnet; el que se basa en la
disolución de la celulosa en una solución de cuproamonio, ideado por
Despaissis; el que parte de la acetocelulosa, ideado por C. y H. Dreyfuss; y el
que utiliza la viscosa, que es el más usado en la actualidad, y que fuera
ideado por Cross y Bevan.
Aquí nos ocuparemos de la obtención en el laboratorio de seda de cuproamonio.
Como ya se ha dicho, la
celulosa es la materia prima básica para obtener los distintos tipos de rayón o
seda artificial. Puede provenir ésta de la pulpa de madera, o de los residuos
de fibras de algodón que son demasiado cortos como para poderlos hilar.
para nuestro experimento no usaremos, en principio, ninguna de estas
sustancias, sino que recurriremos al papel de filtro que se emplea en el
laboratorio, y que, prácticamente es celulosa pura.
Ante todo, se prepararán
algunos gramos de hidróxido de cobre. Para ello se disuelve una cucharada rasa
de las de té de cristales de sulfato de cobre en un tubo de ensayo que contenga
agua hasta la mitad. Se agrega luego a esta solución, lentamente y agitando,
amoniaco concentrado hasta que se forme un precipitado de hidróxido de cobre,
de color azul claro. para asegurarse de que se ha precipitado todo el cobre
bajo la forma de hidróxido, se deja el tubo en reposo en posición vertical y se
espera hasta que todo el precipitado haya sedimentado. si al agregar una
gota más de amoniaco no se produjera cambio alguno en la masa del líquido, esto
es, no se observará la formación de más precipitado, puede decirse que la
reacción se hubo completado. en caso contrario habría que incorporar una
pequeña cantidad más de amoniaco, agitar, dejar en reposo, y repetir el ensayo
descrito anteriormente para comprobar si la precipitación fue completa.
Una vez concluida la
precipitación, se separa el precipitado por filtración y se lava sobre el
filtro con abundante cantidad de agua. en seguida se disuelve el hidróxido de
cobre sólido en amoniaco concentrado (al 28%), empleando para ello unos
50 ml. de amoniaco por cada 3,5 gramos de hidróxido de cobre. esta solución es
el solvente que se empleará para disolver la celulosa, que, en nuestro caso,
como ya se ha dicho, está representada por papel de filtro. Para la cantidad de
cuproamonio (la solución de hidróxido de cobre en amoniaco) preparada, es
posible que, con dos discos de papel de filtro de laboratorio, de 9 cm. de
diámetro, sea suficiente, no obstante, conviene decir que la cantidad de papel
a disolver deberá ser la necesaria y suficiente como para obtener un líquido de
aspecto siruposo. si se espesara demasiado, se la puede rebajar con amoniaco.
Para obtener el rayón a
partir de este jarabe, hay que forzarlo a través de un orificio pequeño dentro
de una solución que lo endurezca bajo la forma de un hilo. Un tubo de vidrio
estirado en la llama de un mechero de Bunsen puede darnos el orificio necesario
para nuestro ensayo. con este tubo se prepara una jeringa, la cual se carga con
la solución de celulosa, manteniendo el orificio de salida sumergido bajo la
solución de ácido sulfúrico en agua, que es la que actúa como endurecedor de la
fibra de rayón. Al impulsar con la jeringa la solución de celulosa en la de
ácido se obtendrá un hilo de rayón, que al principio se presenta de color
azul intenso, pero que con lavados se puede dejar completamente blanco.
posteriormente este hilo se estira y se seca con calor moderado.
Pintura a partir de la leche
La leche contiene una
sustancia proteica, la caseína, que puede servir de base para la obtención de
una buena pintura al agua. Veamos en primer lugar cómo puede separarse de la
leche dicha proteína, para describir después el método de preparación de la
pintura que puede hacerse en base a ella.
A medio vaso de leche
descremada se agrega una porción igual de agua, incorporando luego a esto
lentamente y revolviendo ácido clorhídrico diluido en la proporción de 1 a 4,
es decir, una parte de ácido por cuatro de agua. el ácido "corta" la
leche, dando lugar a la formación de un precipitado que sedimenta al fondo del
vaso donde se realiza la operación. este precipitado, que es de caseína, se
recoge sobre una tela de trama abierta, donde se lava repetidamente con agua
fría, para eliminarle las impurezas que podrían acompañarlo. posteriormente se
estruja con la misma tela que sirviera para la recolección, y se seca con la
ayuda de un ventilador.
Con la caseína seca,
preparada como acaba de describirse, puede hacerse ya la pintura. Se mezclan 10
partes de caseína con 20 de agua, dejando la primera sumergida en la segunda
hasta que se halla hinchado bien. Lugo se prepara por separado una
solución de 1 parte de soda cáustica en 5 partes de agua. a esto se
incorpora lentamente la caseína hinchada, revolviendo al mismo tiempo. si la
cola así formada fuera demasiado espesa, se la podría rebajar con un poco de
agua, y si fuera demasiado líquida, habría que agregarle más caseína. Una
vez que se le haya dado la consistencia similar a la del aceite de lino, se le
incorpora un pigmento del color deseado, revolviéndolo bien en el líquido, con
lo que se obtendrá la pintura a la caseína. esta tiene la ventaja de que, una
vez seca sobre la superficie en la cual se haya aplicado, es completamente
inatacable por el agua.
¡Atención!: Tener bastante
cuidado con la manipulación del ácido sulfúrico, siempre es el ácido sobre el
agua y no a la inversa.
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